“Cerca del borde”.
Así se titular el álbum que Yes publicó en el año 1972; un disco que,
aunque ellos no lo sospechaban, pasaría a la historia como una de las grandes
obras del rock británico.
¿No me cree? Escuche Close
to the Edge. Si no se lo dijeran, nunca se daría cuenta de que esta
innovadora obra fue hecha hace ya 41 años.
Desde los primeros segundos el oyente se da cuenta de que
esta ante algo “místico”. La punzante guitarra de Steve Howe y los oníricos
teclados de Rick Wakeman guiarán este recorrido sonoro desde ahora en adelante:
Se escucha una melodía críptica en 12/8, un solo de guitarra y después se
introduce el tema(melodía) principal. Esto evoca las imágenes de las cascadas,
plantas, rocas y nubes que acompañan las obras de Yes en las caratulas de sus
discos y en su interior. Las
ilustraciones de Close to the Edge fueron
hechas por Roger Dean.
A continuación, el cantante Jon Anderson introduce “The
Solid Time of Change”. Esta es la primera parte de la canción que da título al
álbum (“Close to…”). Anderson canta
acompañado de un instrumento de cuerda que aumenta la sensación “mística” de
esta música (podría ser una mandolina) y del potente bajo de Chris Squire. Las
letras, como muchas otras de Yes, hablan de la naturaleza, la espiritualidad y
la filosofía: “una gota de rocío puede exaltarnos, como la música del sol, y
sacarnos del plano en el que nos movemos”. Las letras de “Close to the
Edge” fueron escritas por Jon Anderson y
Steve Howe. Anderson ha dicho que se inspiró en varios libros esotéricos, particularmente
en la novela “Siddharta” de Herman Hesse,
para componer esta obra.
“Total Mass Retain” es muy parecida a la primera parte pero
tiene alteraciones rítmicas (Los instrumentos de la sección rítmica y la voz
tocan en distintas cifras de compás) y un interludio al final, guiado por un
potente órgano y el grueso sonido del bajista Squire. Esto da paso a una
sección llamada “I Get Up, I Get Down”
Los dedos de Wakeman introducen esta tercera parte. Con
armonías vocales perfectamente ejecutadas (que recuerdan a los Beach Boys) y
los suaves acordes del teclado, Yes nos pone en trance, pero nos despierta
después con un poderoso órgano que nos recuerda a la música barroca.
El baterista Bill Bruford arremete con redobles de caja y
toda la banda entra para acompañar a Wakeman que toca el tema principal de “Solid time…” con un sintetizador que suena
“marciano”. Esto da inicio a la cuarta parte.
En “Seasons of Man” aparece
uno de los solo más conocidos de Wakeman. Sobre los mismos acordes de
“Solid time…”, el tecladista se luce. Jon Anderson nos cante el final de esta
larga y genial canción con la precisión vocal que acostumbra. “Las estaciones
pasaran al lado tuyo. Ahora que todo acabó, llamado a su semilla, directo al
sol, ahora que tú te encuentras, ahora que estás completo, Las estaciones pasaran
por al lado tuyo. Me levanto y me caigo, me levanto y me caigo.
Así termina “Close to the Edge”. Pero Yes tiene en este álbum
otros 2 tracks. Sin ellos, el disco no sería tan magnífico como es.
“And You And I”
comienzan con armónicos de guitarra que si bien son simples, pueden enmudecer
al oyente por su belleza (fue lo que ocurrió cuando asistí a un concierto de
Yes en mayo del 2013).
El crédito por las letras de esta canción es de Anderson. Él
es quien irrumpe después de la introducción para cantar acompañado de una
guitarra con toques de “folk” europeo para y un bajo con un pedal de efecto
“chorus” (novedoso para la época). Esta
sección se llama “Cord of Life”.
Después viene una parte “sinfónica” donde la melodía la
lleva Wakeman, que no deja de brillar en todo el álbum. Esta sección es
“Eclipse”. Un inspirado Anderson muestra el alcance de su aguda voz mientras el
baterista Bruford marca el ritmo con precisión de reloj. Todo tiene un aire a
grandeza en este punto del álbum gracias a la cohesión de Yes.
“The Preacher The Teacher” vuelve al tema folk del principio
pero con un aire más resuelto. Un solo de Rick Wakeman da paso rápidamente a
“Apocalypse” que nos muestra de nuevo el tema sinfónico y la voz para terminar
con la guitarra acústica de Howe… una canción perfecta.
“Siberian Khathru”
Es el último track. Tiene otra vibra al los dos anteriores: toma inspiración
del hard rock más cercano a Led Zeppelin para los riffs principales, además de
no seccionarse en “movimentos”, pero con la personalidad progresiva de Yes
siempre presente (en este caso presente más que nada en Wakeman, que toca el
synth con sonidos de cuerdas de orquesta, clavecín y maderas).
Las letras de esta canción también fueron escritas por
Anderson pero son bastante más difíciles de descifrar. Se habla de una gran ave
de rapiña que habitaría en Siberia. El
trabajo de Howe, Squire, Bruford, Wakeman
y Anderson es una vez más de altísima calidad. Me gusta mucho el “scat
singing” de Anderson(canto con monosílabos repetidos: “da, da,da”) Son
inesperados y su patrón rítmico sorprende incluso si el auditor está familiarizado
con el rock progresivo.
El sonido delicado de las cuerdas del sintetizador es
reforzado por el bajo de sonido metálico que ejecuta Squire. Howe se despacha
uno de los mejores solos del disco. Termina con un decrescendo, como si nunca
acabara (como me gustaría que no se acabara). Este disco no tiene nada de mas
ni de menos, es perfecto tal como es. Son 37 minutos y 45 segundos de rock con
recovecos barrocos que nos invitan a un país desconocido: un país llamado Yes.
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